Explosiones en Beirut: la sombra de un ataque cibernético sobre Hezbolá

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Una nueva sombra oscura se cierne sobre el ya tenso escenario de Medio Oriente. El 17 de septiembre, una serie de explosiones estremeció los suburbios del sur de Beirut y el valle de Bekaa, territorios controlados por Hezbolá. Lo que detonó el caos fueron los “beepers” o localizadores que portaban miembros del grupo libanés, pero aún se desconoce con precisión el origen de las explosiones.

Las primeras detonaciones se registraron alrededor de las 3:30 de la tarde, en pleno corazón de los bastiones de Hezbolá. Según imágenes revisadas por Reuters, las explosiones ocurrieron poco después de que los “beepers” emitieran un sonido, llevando a los combatientes a revisarlos, acto que sellaría su destino.

Aunque los estallidos fueron relativamente controlados, las heridas visibles en hospitales y compartidas en redes sociales reflejaban la brutalidad de los hechos: rostros lacerados, dedos amputados, y heridas profundas en la cadera, justo donde los combatientes portaban los dispositivos.

El tipo de “beeper” involucrado ha sido identificado como un modelo fabricado por la compañía taiwanesa Gold Apollo, aunque ni la empresa ni Hezbolá han respondido a las preguntas de Reuters. Estos dispositivos, que fueron adoptados para evadir el sofisticado rastreo israelí, han sido el eje de especulaciones sobre posibles manipulaciones electrónicas o incluso la inserción de explosivos, como sugiere la agencia de espionaje israelí Mossad.

Hezbolá ha iniciado su propia investigación “científica y de seguridad” para descubrir la causa de las explosiones, mientras expertos como Paul Christensen señalan que el nivel de daño observado no concuerda con fallos comunes de baterías de iones de litio. La sospecha de un ciberataque por parte de Israel ha cobrado fuerza, un ataque que el Ministerio de Asuntos Exteriores libanés ha calificado como una violación flagrante de la soberanía.

Hasta ahora, el Ejército israelí ha guardado silencio, mientras las heridas —visibles e invisibles— de esta tragedia siguen abiertas.

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