Matamoros, Tamaulipas. En una emotiva ceremonia cargada de simbolismo histórico, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la repatriación de los restos de Erasmo Catarino Garza Rodríguez, un revolucionario y ferviente opositor del régimen de Porfirio Díaz. Los restos del matamorense fueron depositados en un nicho, junto al busto y monumento que el escultor Pedro Reyes realizó en su memoria, ubicados junto al puente internacional Puerta México, en su tierra natal.
El evento, que se desarrolló a la orilla del Río Bravo, contó con la presencia de figuras destacadas del gobierno y de la vida pública. El mandatario estuvo acompañado de su esposa, la historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, quien rindió homenaje a la memoria del revolucionario al leer algunas de las cartas que Garza Rodríguez escribió a su esposa en los tiempos de lucha. También asistió la mandataria electa Claudia Sheinbaum Pardo, quien fue recibida con gran expectativa por la multitud que se congregaba cerca del acto.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, fue el encargado de dar la bienvenida al presidente y agradecerle personalmente por haber logrado traer los restos de Garza Rodríguez desde Panamá, donde habían permanecido durante más de un siglo, de vuelta a Matamoros. Villarreal destacó el esfuerzo del gobierno federal por reconocer la figura histórica de Garza, quien lideró un movimiento precursor de la Revolución Mexicana contra el régimen porfirista.
A unos metros de donde se realizaba la ceremonia, decenas de personas se reunieron desde temprano con banderas, libros y muñecos, ansiosos de ver y saludar al presidente en lo que fue su última visita oficial a Tamaulipas como Presidente de la República. Entre los asistentes también se notaron manifestantes del Poder Judicial, quienes protestaron con pancartas en contra de la reciente reforma judicial impulsada por el gobierno.
La ceremonia cerró con un sentido homenaje al legado de Catarino Garza, un personaje cuya lucha por la justicia social y la libertad ha quedado marcada en la memoria de México. El monumento y la repatriación de sus restos son ahora un símbolo de su lucha y de la historia de resistencia que acompañó los primeros años del fin del Porfiriato.
Con esta repatriación, López Obrador reivindica a una figura olvidada en los libros de historia, recordando la importancia de recuperar la memoria de aquellos que, como Garza Rodríguez, iniciaron la lucha por los ideales que décadas más tarde darían origen a la Revolución Mexicana.