Ciudad de México. En una intensa sesión que se prolongó por más de tres horas, las comisiones del Senado de la República aprobaron la reforma constitucional que adscribe la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). El dictamen, impulsado por Morena y sus aliados, fue avalado con 25 votos a favor y 10 en contra, y ahora se dirigirá al pleno del Senado para su debate final.
La reforma ha generado un amplio debate sobre el papel de las fuerzas armadas en la seguridad pública. Durante la discusión en comisiones, Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena, sostuvo que algunos priístas, como Manuel Añorve, apoyarían la reforma, lo que generó tensiones. Añorve respondió que no votaría a favor y prometió presentar su argumentación en contra.
A lo largo del debate, las posiciones entre los partidos quedaron claras. Por un lado, Ernestina Godoy, presidenta de la Comisión de Puntos Constitucionales, defendió la medida como un paso necesario para fortalecer la capacidad del Estado en la lucha contra el crimen organizado. Godoy recalcó que la reforma incluye mecanismos de control civil y respeto a los derechos humanos, asegurando que la Guardia Nacional operaría bajo supervisión y coordinación entre los distintos niveles de gobierno.
“Esta medida es crucial para garantizar la paz y la seguridad en el país”, afirmó Godoy, subrayando que la Guardia Nacional, bajo este nuevo marco constitucional, podrá desplegarse de manera efectiva en todo el territorio nacional.
Sin embargo, desde la oposición, senadores como Marko Cortés y Ricardo Anaya criticaron la reforma, calificándola como un avance hacia la militarización de la seguridad pública. Cortés insistió en que esta medida replicaba errores del pasado y llevó al debate los antecedentes de la Ley de Seguridad Interior de 2017, que fue impugnada por los mismos partidos que hoy apoyan la reforma. Para él, esto refleja una inconsistencia en la estrategia de seguridad del gobierno actual.
“No podemos permitir que la seguridad pública sea responsabilidad de las fuerzas armadas. Esto nos lleva a la militarización, un camino que ya ha demostrado sus fallas”, sentenció Cortés, planteando la necesidad de redefinir el enfoque de seguridad en el país.
El cruce de palabras entre Adán Augusto López Hernández y Cortés fue uno de los momentos más tensos de la jornada. López Hernández defendió el cambio de postura de Morena respecto a la Ley de Seguridad Interior, asegurando que la experiencia de gobierno les ha permitido comprender mejor la situación de inseguridad que enfrenta el país. “Aquí habemos compañeros que tenemos algo que usted no tiene: experiencia de gobierno”, replicó López Hernández, en referencia a Cortés.
El argumento central de Morena y sus aliados se centró en que la adscripción de la Guardia Nacional a la SEDENA no implica una militarización del país. Según Gonzalo Yañez, del PT, y Malú Micher, de Morena, la seguridad pública seguirá siendo responsabilidad del presidente, un civil, y las fuerzas armadas solo actuarán bajo su mando. “Militarización es lo que vimos en eventos trágicos como el 68 o el halconazo del 71. Aquí no estamos hablando de eso”, argumentó Yañez.
A pesar de las divisiones, los morenistas se mostraron confiados en que lograrán los 87 votos necesarios para la mayoría calificada que se requiere en el pleno. Adán Augusto López incluso adelantó que algunos priístas votarían a favor, aunque Manuel Añorve y otras figuras del PRI, como Carolina Viggiano y Claudia Anaya, negaron esta afirmación y prometieron votar en contra de lo que consideran un riesgo de militarización.
El Próximo Paso: El Pleno del Senado
El dictamen aprobado en comisiones se presentará en el pleno del Senado en la siguiente sesión, donde se espera que se intensifique el debate. Tanto Morena como la oposición han dejado claro que la discusión sobre la Guardia Nacional no es solo sobre seguridad pública, sino sobre el papel del ejército en la vida civil del país.
Mientras el país observa, el Senado se prepara para una de las votaciones más cruciales en materia de seguridad de los últimos años, en la que se definirá si la Guardia Nacional se convierte formalmente en una corporación bajo el mando de la SEDENA.