Ciudad de México, 25 de septiembre de 2024. Tras un maratónico debate que se prolongó durante más de ocho horas, el Senado de la República aprobó con 86 votos a favor y 42 en contra la reforma constitucional que adscribirá a la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta votación, que incluyó el apoyo crucial del senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez, fue impulsada por Morena y sus aliados del PT y PVEM, y ahora la minuta será turnada a los congresos estatales para su ratificación.
El Debate: Oposición entre lo militar y lo civil
La sesión, que comenzó a las 10 de la noche del día anterior y culminó a las 6:30 de la mañana, fue marcada por tensiones entre oficialismo y oposición. La principal crítica de los partidos opositores, encabezados por el PAN, se centró en la presunta militarización de la Guardia Nacional, que consideran un retroceso en el mando civil de las fuerzas de seguridad. El dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, y varios de sus compañeros de bancada insistieron en que este cambio representa una traición a las promesas iniciales del gobierno de la 4T de mantener un mando civil en la GN. Argumentaron que la estrategia de seguridad pública actual ha sido un fracaso y que la militarización no resolverá la crisis de violencia.
Por su parte, la senadora de Morena, Citlalli Hernández Mora, rebatió lo que calificó como un “falso debate”. En su intervención, recordó que durante el sexenio de Felipe Calderón la política de seguridad, basada en la intervención de las fuerzas armadas, profundizó la violencia en el país y sometió a México a los intereses de Estados Unidos. Mencionó que el juicio a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, es evidencia de los vínculos entre esa administración y el narcotráfico.
Un voto decisivo
Uno de los momentos más impactantes de la sesión ocurrió cerca de las 3 de la madrugada, cuando el senador panista Yunes Márquez anunció su voto a favor de la reforma. Entre aplausos de los senadores de Morena, el legislador veracruzano justificó su decisión afirmando que la reforma no militariza a la Guardia Nacional, sino que busca fortalecer su capacidad de combatir al crimen organizado. Basándose en su experiencia como alcalde de Boca del Río, Veracruz, elogió el papel de las fuerzas armadas en la seguridad pública y subrayó que los resultados obtenidos bajo el mando de la Marina fueron significativamente positivos, con bajos índices de criminalidad y sin quejas por violaciones a los derechos humanos.
La postura oficial de Morena
En representación de Morena, el senador Omar García Harfuch, quien asumirá la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana el 1 de octubre, argumentó que no existe ninguna militarización con esta reforma, ya que la dependencia que él encabezará seguirá liderando la estrategia de seguridad. Según García Harfuch, la Guardia Nacional necesita estar bajo el mando de la Sedena para garantizar su eficiencia en el combate a la delincuencia organizada.
El coordinador de Morena, Adán Augusto López Hernández, también protagonizó un intercambio con el panista Marko Cortés, minimizando sus críticas con un refrán popular: “Águila no come mosca”. Al finalizar el debate, desestimó la propuesta del PAN de tipificar el delito de “narco terrorismo”, calificándola de innecesaria.
Conclusión y próximos pasos
Al final, la oposición aceptó no discutir las reservas presentadas a los artículos de la reforma, que fueron desechadas sin mayor debate. El dictamen aprobado establece que la Guardia Nacional será una fuerza de seguridad pública profesional, permanente, integrada por personal de origen militar con formación policial, bajo la Sedena. Se espera que la minuta sea ratificada rápidamente por los congresos estatales y promulgada por el presidente Andrés Manuel López Obrador antes de concluir su mandato.
En una sesión cargada de emociones y estrategias políticas, también se concedió licencia indefinida a los senadores Omar García Harfuch, Ernestina Godoy y Citlalli Hernández, quienes se integrarán al gabinete de Claudia Sheinbaum el próximo 1 de octubre. El Senado ha sido citado a una nueva sesión el domingo 29 de septiembre para avanzar en la tramitación de esta y otras reformas pendientes.
Esta votación representa un hito en la política de seguridad de México, con implicaciones a largo plazo para el futuro de la Guardia Nacional y el papel de las fuerzas armadas en la lucha contra la delincuencia organizada.