En un movimiento que promete transformar la estructura del gobierno mexicano, la Secretaría de la Función Pública se prepara para renacer con un nuevo nombre y una misión ampliada: Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno. Así lo anunció Raquel Buenrostro, titular de la dependencia, quien subrayó que el cambio no es solo simbólico, sino estratégico.
Este nuevo enfoque busca consolidar a la Secretaría como una instancia transversal, un referente en el acompañamiento y apoyo a todos los niveles de gobierno. En su visión, se busca no solo supervisar, sino también prevenir y guiar a las instituciones para lograr un Estado más transparente y eficiente.
Los diez pilares que guiarán a esta renovada dependencia abarcan desde la dignificación del servicio público y el acompañamiento preventivo a las instituciones, hasta la modernización de la Administración Pública Federal (APF) y la implementación de compras públicas más transparentes. También se enfocará en la transparencia proactiva y la inclusión de la sociedad y el sector privado en la lucha contra la corrupción.
Claudia Sheinbaum, en sus primeros 100 días como presidenta, ha encomendado a la Secretaría varias tareas críticas: la reestructuración de la administración pública, el acompañamiento de grandes proyectos como el Tren Maya, la reforma a la Ley de Adquisiciones y Obras, y la recuperación del histórico de Compranet. Con esta renovada Secretaría, el gobierno se prepara para dar un paso decisivo hacia un México más íntegro y eficiente.