En un giro audaz hacia la energía del futuro, Google ha revelado planes para construir siete reactores nucleares en Estados Unidos, una iniciativa destinada a alimentar sus voraces centros de datos y sofisticados sistemas de inteligencia artificial. Este anuncio, que marca un hito en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles, también resuena en un contexto de creciente interés por parte de otras gigantes tecnológicas.
Tan solo un mes antes, Microsoft había hecho olas al anunciar su financiamiento para la reapertura de la central nuclear de Three Mile Island, infame por ser el escenario del peor desastre nuclear en la historia de Estados Unidos en 1979. La simultaneidad de estos movimientos sugiere un resurgimiento del interés en la energía nuclear como solución viable para las crecientes demandas energéticas del sector tecnológico.
Con la promesa de estos nuevos reactores, Google no solo busca alimentar sus operaciones, sino también posicionarse como un líder en la adopción de tecnologías limpias. En un mundo donde la sostenibilidad se ha convertido en un imperativo, la jugada de Google podría cambiar la narrativa sobre la energía nuclear, transformando la percepción de esta fuente en un componente esencial de la infraestructura del mañana. A medida que ambas empresas avanzan en sus proyectos, la pregunta persiste: ¿puede la energía nuclear ser el pilar que sostenga la revolución digital?