Sicarios asesinan a sacerdote defensor de derechos en Chiapas; Sheinbaum asegura que investigan el caso

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En un trágico suceso que vuelve a subrayar la violencia en Chiapas, el sacerdote Marcelo Pérez, reconocido por su incansable lucha en favor de los pueblos indígenas y defensor de la paz, fue asesinado al salir de misa en el barrio de Cuxtitali, San Cristóbal de las Casas. Según los reportes, sujetos a bordo de una motocicleta le dispararon en múltiples ocasiones, terminando brutalmente con la vida de quien fuera un referente moral y social en la región.

El crimen ha conmocionado no solo a la comunidad chiapaneca, sino también a organizaciones nacionales e internacionales, que han denunciado la creciente violencia en el estado y las constantes amenazas que enfrentan los defensores de derechos humanos. La oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU condenó enérgicamente el asesinato, señalando que el padre Pérez, desde 2015, era beneficiario de medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Sin embargo, esas medidas resultaron insuficientes para protegerlo de la violencia que denunciaba.

La presidenta Claudia Sheinbaum, desde su tribuna, afirmó que ya se está investigando el caso. En su declaración, subrayó la coordinación con Rosa Icela Rodríguez, titular de la Secretaría de Gobernación, y con las autoridades eclesiásticas para esclarecer los hechos. “Está en contacto también con las autoridades eclesiales”, afirmó la mandataria, reconociendo la gravedad del asesinato y asegurando que se dará seguimiento puntual a las investigaciones.

Por su parte, Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas, también lamentó el asesinato del sacerdote y se comprometió a colaborar para que el crimen no quede impune. En su cuenta de redes sociales, condenó el cobarde asesinato y aseguró que trabajarán de la mano con las autoridades competentes para que se haga justicia.

Este ataque, que dejó al estado en shock, no es un hecho aislado. El padre Marcelo fue una figura clave en la reciente marcha por la paz en Tuxtla Gutiérrez, encabezando un movimiento que pedía seguridad y justicia en una región marcada por la violencia de grupos delictivos. La situación en Chiapas se ha vuelto cada vez más insostenible, con el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación disputando el control de las rutas de migrantes, drogas y armas en la frontera con Guatemala.

El homicidio de Pérez ocurre en un contexto de violencia cada vez más preocupante en la región. Las cifras de homicidios dolosos en Chiapas aumentaron un 107.17 por ciento en el primer semestre de 2024 en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos oficiales. Este incremento refleja una tendencia alarmante, a pesar de que algunos delitos como el feminicidio y el secuestro han mostrado una ligera disminución.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) expresó su profundo dolor y condena ante el asesinato del sacerdote. En un comunicado, hicieron un llamado urgente a las autoridades para que realicen una investigación exhaustiva y transparente que conduzca al esclarecimiento del crimen. Para la Iglesia, la pérdida del padre Marcelo es irreparable. Su labor pastoral, caracterizada por su apoyo constante a los más vulnerables, lo convirtió en un símbolo de la lucha por la paz en Chiapas.

El asesinato de este sacerdote, defensor de los derechos de los pueblos indígenas, no solo deja un vacío inmenso en las comunidades que atendía, sino que también arroja una sombría luz sobre la violencia que persiste en regiones del país donde la justicia aún parece distante y la paz, inalcanzable.

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