En Cabo San Lucas, Baja California Sur, el secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, contextualizó el reciente enfrentamiento en Sinaloa, que dejó 19 presuntos delincuentes muertos. Según Trevilla, el episodio es parte de la escalada de violencia entre grupos criminales que ha seguido a la captura y traslado de Ismael “El Mayo” Zambada, un líder histórico del narcotráfico. La operación, en la que colaboraron autoridades estadounidenses, ha provocado una intensificación en los niveles de violencia y armamento entre las organizaciones delictivas, que buscan proteger a sus líderes y disputar territorios clave.
Durante la conferencia presidencial, realizada fuera de Ciudad de México, Trevilla explicó que el arresto de figuras importantes del narcotráfico, como Ovidio Guzmán (hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán), ha provocado que estas organizaciones eleven sus medidas de seguridad. “Sus escoltas han aumentado y son sicarios armados con alto nivel de violencia”, destacó. Ante estos peligros, señaló que las Fuerzas Armadas participan en operativos equipados con chalecos antibala, cascos y otro equipo de protección, y que están adiestradas para enfrentar situaciones de alto riesgo.
En respuesta a preguntas sobre posibles abusos de autoridad en el enfrentamiento, Trevilla aseguró que la Fiscalía General de la República (FGR) está investigando los hechos, y que la Fiscalía de Justicia Militar intervendrá si se encuentran indicios de delitos del orden militar. Estas indagatorias, dijo, forman parte del protocolo para garantizar la legalidad en los operativos realizados por el Ejército.
La situación en Sinaloa continúa siendo crítica, y las autoridades anticipan un aumento en las confrontaciones debido a las tensiones y reorganizaciones dentro de los cárteles.