Washington y Nueva York — A tan solo 48 horas del día de las elecciones, ambos candidatos, la vicepresidenta Kamala Harris y el ex presidente Donald Trump, intensificaron sus campañas en una carrera que califican como “la elección más importante de nuestras vidas”. En mítines de costa a costa, la consigna es clara: “Vota”. Ambos candidatos y sus seguidores están enfocados en movilizar a sus bases para asegurar una participación masiva el día de los comicios.
Este domingo, Harris sorprendió a muchos con una aparición en el programa de comedia Saturday Night Live, donde compartió escenario con Maya Rudolph, actriz conocida por imitarla. La candidata bromeó en el programa, pero la realidad de la elección pesa sobre ella; poco después, viajó a Michigan, un estado clave en el que busca asegurar apoyo, sobre todo en comunidades afectadas por la política exterior de su administración en Medio Oriente. En un giro de campaña, Harris se comprometió públicamente a buscar el fin de la guerra en Gaza, una declaración que había evitado en sus discursos anteriores.
Por su parte, Trump pasó el fin de semana en tres estados clave: Pensilvania, Carolina del Norte y Georgia, reiterando a sus seguidores que necesita su voto para recuperar la Casa Blanca. En Pensilvania, repitió su infundada afirmación de que la elección de 2020 le fue robada y bromeó sobre su seguridad detrás de barreras de vidrio antibalas, afirmando que, si alguien intentara dispararle, tendría que atravesar primero a los periodistas, en un comentario que sus críticos han tachado de peligroso.
Mientras tanto, las figuras del entretenimiento y la política han salido a respaldar a Harris en sus eventos. Este fin de semana, estrellas como Lady Gaga y Harrison Ford mostraron su apoyo, mientras que los ex presidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama se movilizaron en estados clave para convencer a votantes indecisos. El esfuerzo de última hora está centrado en recordar a los posibles votantes dónde deben ir a votar y cómo prepararse para la jornada.
Las encuestas finales apuntan a una contienda cerrada, aunque algunos sondeos indican una ventaja de último minuto para Harris en algunos estados, como Georgia e Iowa. No obstante, Trump y sus asesores siguen insistiendo en que el entusiasmo está de su lado y no descartan un desenlace sorpresivo como el de 2016.
Los voluntarios de ambas campañas trabajan a contrarreloj, tocando puertas y haciendo llamadas en los siete estados clave. En este momento, no se trata tanto de convencer a nuevos votantes, sino de asegurarse de que aquellos que ya están decididos acudan a las urnas.
El próximo martes, el veredicto final de esta contienda se decidirá en las urnas, en una elección que ha captado la atención de millones y que promete ser una de las más decisivas en la historia reciente de Estados Unidos.