El Gobierno de Milei y la Traición al Pueblo: Un Relato de Descomposición Social

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El gobierno ultraderechista de Javier Milei, a instancias de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, denunció al ex embajador argentino en Venezuela, Oscar Laborde, como “traidor a la patria” por realizar gestiones humanitarias para entregar una carta de la madre del gendarme Nahuel Gallo, detenido en Venezuela. Lo acusaron de “colaborar” con Nicolás Maduro, en un acto que revela la hipocresía del establishment.

En un contexto de creciente tensión, la policía de Buenos Aires retuvo a dos diplomáticos rusos en un control de alcoholemia, lo que desató una discusión transmitida en vivo. Los diplomáticos, rodeados de policías, se dirigieron a la embajada rusa, donde fueron recibidos por funcionarios que criticaron la intervención de la cancillería argentina.

Mientras tanto, la decisión de declarar a Laborde como “traidor a la patria” provocó una oleada de solidaridad. Bullrich quedó expuesta cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel reveló que Gallo tenía autorización de la ministra de Seguridad para viajar a Venezuela. Laborde, por su parte, defendió su acción como un gesto humanitario.

En su denuncia, Bullrich acusó a Laborde de actuar “contra los intereses del país” y de ser un “colaborador del régimen de Maduro”. Este episodio se utilizó para atacar a Venezuela, a pesar de las relaciones diplomáticas cortadas. Brasil fue convocado para representar a Argentina ante el gobierno de Maduro.

En paralelo, Milei difundió imágenes falsas en redes sociales para mostrar un supuesto “milagro argentino”, que resultaron ser de un centro comercial en China y de un saqueo en Estados Unidos en 2015. Estas acciones se dan en un contexto de manipulación de datos sobre pobreza y una situación social crítica.

El gobierno ultraderechista de Milei agrava la situación social con despidos masivos y el cierre de organismos estatales, como la Secretaría de Derechos Humanos. La pobreza avanza y el consumo desciende más del 30%. Las donaciones de empresas y vecinos no alcanzaron para atender a las miles de personas en los comedores populares. Fue una Navidad amarga, reflejo de las fuertes protestas sociales y el anuncio de ollas populares en todo el país. La destrucción del Estado y la falta de respuestas políticas agravan la situación de los más vulnerables, en una sociedad desconcertada y desorganizada. Se avecinan días de grandes protestas sociales.

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