En un giro notable, el juez Juan M. Merchan fijó el viernes la sentencia de Donald Trump para el 10 de enero, apenas una semana antes de que el presidente electo asuma nuevamente el cargo. Merchan, quien llevó el juicio, determinó que Trump recibirá un descargo condicional, evitando la prisión si no incurre en nuevos delitos, un desenlace inédito en la historia judicial y política de Estados Unidos.
El caso, que derivó en la condena de Trump por 34 cargos de falsificación de registros comerciales, está relacionado con un supuesto ardid para encubrir un pago a la actriz Stormy Daniels durante la campaña de 2016. La transacción buscaba impedir que Daniels divulgara una presunta relación con Trump, quien niega los hechos y sostiene su inocencia.
Tras las elecciones del 5 de noviembre, el juez Merchan suspendió temporalmente los procedimientos para permitir que ambas partes debatieran el futuro del caso. La defensa de Trump solicitó desestimar el proceso, alegando que podría afectar la capacidad del presidente entrante para liderar el país. Por su parte, los fiscales propusieron opciones para equilibrar la situación, como suspender el caso durante su mandato o registrar formalmente la condena junto a su apelación pendiente.
Trump, quien asume el 20 de enero, enfrenta este momento judicial en medio de tensiones políticas y legales que podrían marcar un precedente en la historia presidencial.