Por segunda vez en menos de una semana, miles de ciudadanos de Culiacán se congregaron este domingo en el centro de la ciudad para protestar contra la violencia que azota la región desde septiembre. La manifestación, que partió de la catedral, repitió consignas similares a las de la marcha del jueves pasado, cuando un grupo de manifestantes irrumpió en el Palacio de Gobierno, sede del gobernador Rubén Rocha, de Morena.
La escalada de violencia, atribuida a la guerra entre facciones del Cartel de Sinaloa, ha dejado un saldo trágico: cientos de asesinatos, desapariciones y un panorama desolador de balaceras, negocios incendiados y cuerpos abandonados en las calles. El asesinato de dos niños, Gael y Alexander, de 9 y 12 años, junto a su padre, hace una semana, fue el detonante que llevó a la población a romper su silencio y salir a las calles.
Durante la protesta, los manifestantes portaron pancartas críticas hacia el gobernador Rocha, quien ha minimizado la situación al afirmar que en Sinaloa se vive “perfectamente bien”. Otras consignas exigían justicia para las víctimas de desapariciones y un alto a la violencia contra civiles inocentes, especialmente tras el crimen de los menores.
El caso de los niños ha marcado un punto de inflexión en la crisis de seguridad que vive el estado. Por primera vez en meses, la ciudadanía ha alzado su voz de manera contundente, exigiendo acciones concretas. La presidenta Claudia Sheinbaum se refirió al caso esta semana, asegurando que el Gobierno federal tomaría las riendas de la investigación. “Mi solidaridad con la familia afectada en Sinaloa”, declaró Sheinbaum, anunciando el refuerzo de operativos en la región.
Mientras tanto, Culiacán sigue sumida en un clima de incertidumbre y dolor, con una población que clama por paz y justicia en medio de una guerra que no da tregua.