Recientemente, un tiroteo cerca de Fronton, Texas, ha generado controversia sobre el uso de ataques de falsa bandera por parte del gobierno de Estados Unidos. Agentes de la Patrulla Fronteriza de EE. UU. fueron atacados a tiros por presuntos pistoleros, aparentemente miembros de un cártel mexicano, según fuentes cercanas al caso citadas por Fox News. El incidente ocurrió cuando un grupo de migrantes, aparentemente en situación irregular, intentaba cruzar el río que separa a ambos países.
Aunque los oficiales de la Patrulla Fronteriza respondieron al fuego, ninguna de las partes resultó herida, y los migrantes no lograron cruzar la frontera. En un giro aún más curioso, las autoridades informaron que la zona está siendo patrullada intensamente, incluso con el apoyo de drones, y mencionaron que se han avistado actividades militares mexicanas al otro lado del río.
La falta de víctimas y la presencia de militares en la zona, junto con el contexto de tensiones migratorias y políticas de control fronterizo, han sembrado dudas sobre las verdaderas intenciones detrás de este ataque. Algunos analistas sugieren que podría tratarse de un montaje, en un intento por parte del gobierno estadounidense de justificar acciones más agresivas en la frontera y la criminalización de los migrantes.
Este tipo de situaciones ha sido históricamente utilizado en escenarios internacionales como una excusa para intensificar operaciones de seguridad o imponer políticas más estrictas. Sin embargo, los detalles aún no son claros, y el debate sobre si fue un ataque genuino o una provocación sigue siendo un tema candente.