En un nuevo capítulo de su retórica divisiva, el expresidente Donald Trump ha vuelto a apuntar contra los inmigrantes indocumentados, acusándolos de “drenar” el sistema de Seguridad Social y Medicare. Sin embargo, la realidad desmiente sus afirmaciones: los inmigrantes sin estatus legal no tienen acceso a estos beneficios, pero sí contribuyen con miles de millones en impuestos cada año. Este discurso, lejos de ser un intento genuino de “depurar” el sistema, es una cortina de humo para justificar recortes a programas sociales que benefician a millones de estadounidenses vulnerables.
Trump, en su habitual estilo confrontativo, aseguró que “muchos inmigrantes ilegales reciben Seguridad Social” y prometió expulsarlos del programa. Sin embargo, la ley es clara: solo ciertos grupos de inmigrantes con estatus legal específico pueden acceder a estos beneficios. Los indocumentados, por el contrario, aportan al sistema a través de impuestos sobre la nómina, pero no reciben nada a cambio. Según el Institute on Taxation and Economic Policy (ITEP), en 2022 los inmigrantes indocumentados pagaron 25,700millonesenimpuestosdeSeguridadSocialy25,700millonesenimpuestosdeSeguridadSocialy6,400 millones en Medicare, programas a los que no pueden acceder.
Este discurso no solo es falso, sino peligroso. Al culpar a los inmigrantes de problemas estructurales, Trump desvía la atención de los verdaderos desafíos del sistema: la mala gestión, la corrupción y los intereses corporativos que buscan privatizar los servicios públicos. Su retórica encaja en un modelo de poder que usa el miedo y la división para proteger los privilegios de las élites, mientras erosiona los derechos de la clase trabajadora, tanto inmigrante como ciudadana.
En un sistema donde el capitalismo salvaje prioriza el lucro sobre las personas, los inmigrantes son el chivo expiatorio perfecto. Pero la verdad es que, mientras Trump y sus aliados hablan de “depurar” el sistema, son ellos quienes drenan los recursos públicos para beneficio de unos pocos. La pregunta no es si los inmigrantes están abusando del sistema, sino por qué el sistema está diseñado para fallar a quienes más lo necesitan.