Este jueves 13 de febrero de 2025, las calles de Múnich, Alemania, fueron escenario de un violento incidente cuando un hombre de nacionalidad afgana embistió con un automóvil a un grupo de manifestantes que se encontraba protestando a favor de fronteras abiertas y el derecho a la migración continua. El ataque, que dejó al menos 27 heridos, incluidos varios niños, ha sido calificado por las autoridades como un acto de terrorismo.
Según los primeros informes, el conductor, identificado como un afgano de 24 años, manejaba un Mini Cooper blanco cuando impactó deliberadamente contra los manifestantes. Las imágenes del momento, difundidas en redes sociales, muestran a la policía alemana deteniendo al sospechoso de manera controlada, bajándolo del vehículo y sometiéndolo al suelo.
El primer ministro de Baviera, Markus Söder, confirmó que el ataque está siendo investigado como un acto terrorista. Aunque no se reportaron víctimas mortales, varios de los heridos fueron trasladados a hospitales cercanos para recibir atención médica. Algunos sufrieron heridas leves, mientras que otros presentaron crisis nerviosas a causa del impacto emocional del suceso.
Este incidente ha generado conmoción en la comunidad local y ha reavivado el debate sobre la seguridad y las políticas migratorias en Alemania. Las autoridades continúan investigando las motivaciones detrás del ataque, mientras los ciudadanos exigen respuestas y medidas para prevenir hechos similares en el futuro.
El atropellamiento masivo en Múnich no solo ha dejado heridas físicas y emocionales, sino que también ha planteado interrogantes sobre los desafíos que enfrenta Alemania en materia de integración y seguridad en un contexto global cada vez más complejo.