El narcotraficante neerlandés Marco Ebben, de 32 años, fue asesinado a balazos este jueves en un estacionamiento del Estado de México. Dos personas le dispararon al menos 15 veces mientras caminaba hacia su camioneta blindada. Medios locales señalan que Ebben estaba vinculado a la facción conocida como “La Mayiza”, liderada por Ismael “El Mayo” Zambada, dentro del Cártel de Sinaloa. Según las investigaciones, los responsables del crimen serían miembros de esa misma organización, quienes habrían actuado en el marco de las tensiones entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y los aliados de Zambada.
Tras el homicidio, personal de seguridad realizó un allanamiento en el departamento de Ebben, donde encontraron armamento, equipo táctico y una credencial falsa de la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos. Este hallazgo refuerza las sospechas sobre su participación en redes internacionales del narcotráfico.
Ebben era buscado por la Oficina Europea de Policía (Europol) por delitos relacionados con el tráfico internacional de drogas. En 2015, había sido arrestado junto con su padre por transportar 400 kilos de cocaína desde Brasil a Países Bajos, ocultos en un cargamento de piñas. La justicia neerlandesa los identificó como líderes de la banda “Rainforest”, acusada de traficar hachís y metanfetaminas al Reino Unido. Pese a una condena de siete años y siete meses de prisión en su país, Ebben logró escapar y vivió bajo distintas identidades en varios lugares antes de instalarse en México.
Durante su tiempo en el país, fingió su muerte en al menos dos ocasiones para evadir tanto a las autoridades como a sus enemigos. Sin embargo, esta estrategia no logró salvarlo de su destino final. Su asesinato subraya la violencia implacable que caracteriza las disputas internas dentro del crimen organizado en México.