Un mensaje atribuido a los “Chapitos”, hijos del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha causado conmoción en México al ofrecer una recompensa por el gobernador de Durango, Esteban Villegas. El mensaje, difundido a través de redes sociales y panfletos, acusa al mandatario de colaborar con grupos rivales y promete una suma millonaria a quien brinde información que conduzca a su captura o asesinato.
Este hecho marca un nuevo nivel de audacia por parte del Cártel de Sinaloa, que históricamente ha mantenido una fuerte presencia en la región. Las autoridades han reforzado la seguridad del gobernador y han iniciado investigaciones para identificar a los responsables de la amenaza. Sin embargo, el episodio ha generado temor entre la población y ha puesto en evidencia la influencia del crimen organizado en la política local.
Analistas de seguridad consideran que esta acción podría ser una respuesta a las operaciones recientes del gobierno contra el cártel, o una estrategia para intimidar a funcionarios que no se alinean con sus intereses. El caso ha reavivado el debate sobre la penetración del narcotráfico en las estructuras de poder y la necesidad de fortalecer las estrategias de seguridad en el país.