Dentro del Narcorrancho: Jóvenes Engañados y Entrenados para la Guerra

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En las afueras de Teuchitlán, Jalisco, el Rancho Izaguirre —conocido como “La Escuelita”— se convirtió en el epicentro de una red de reclutamiento juvenil vinculada al crimen organizado. Las historias de quienes lograron escapar revelan una realidad escalofriante: jóvenes engañados a través de redes sociales, sometidos a entrenamientos paramilitares y preparados para integrarse a filas criminales.

“José”, uno de los últimos reclutas en abandonar el lugar antes de la intervención de la Guardia Nacional, narra su experiencia. Con apenas 20 años, fue contactado por un desconocido en Facebook, quien le prometió un empleo bien remunerado. Después de enviar su identificación y grabar un video asegurando que nadie lo obligaba, su viaje comenzó desde la Nueva Central de Autobuses hacia un destino incierto.

Desde el primer día, el control era absoluto. Su teléfono fue confiscado, y tras múltiples traslados en vehículos distintos, llegó a un consultorio improvisado donde lo examinaron minuciosamente. En el rancho, dormía junto a más de 200 jóvenes, todos vestidos con ropa compartida acumulada durante meses.

El entrenamiento inició al amanecer. Cuatro horas diarias de ejercicio físico, seguidas de clases sobre manejo de armas y tácticas militares. La comida era escasa, pero había incentivos: 3,000 pesos semanales y acceso a una pequeña tienda. Sin embargo, la verdadera prueba llegó al final del mes: una simulación de batalla con pistolas de gotcha y una competencia de tiro con armas reales. Los resultados determinaban si formarían parte de los grupos de élite o serían enviados a regiones peligrosas como Zacatecas.

Aunque “José” asegura que ningún recluta murió durante el entrenamiento, presenció la muerte de un compañero por un infarto causado por adicción a las drogas. El cuerpo fue rápidamente cremado, evidenciando la infraestructura clandestina del rancho. Hoy, su testimonio expone una red de explotación juvenil que opera bajo la mirada ausente de las autoridades.

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