Una explosiva denuncia del periodista independiente Daniel Lizárraga ha sacudido El Salvador al revelar lo que describe como una “treta maquiavélica” del presidente Nayib Bukele para justificar su guerra contra las pandillas. Según la investigación, Bukele habría pactado inicialmente con los líderes de la MS-13 y Barrio 18 para reducir los índices criminales, para luego tenderles una trampa que desencadenó la violencia que justificó el estado de excepción.
“Todo fue un montaje calculado”, afirmó Lizárraga en entrevista con Astillero Informa. Relató cómo funcionarios del gobierno, incluyendo a Gustavo Villatoro, habrían citado a líderes pandilleros con promesas de diálogo, solo para arrestarlos acusándolos de terrorismo. La respuesta no se hizo esperar: un fin de semana sangriento con 80 homicidios que Bukele utilizó como justificación para su ofensiva.
El estado de excepción implementado desde entonces ha significado la suspensión de garantías constitucionales, permitiendo detenciones masivas sin juicio basadas en criterios subjetivos como tatuajes o “aspecto de pandillero”. “Es una máquina de fabricar presos”, denunció el periodista, señalando que esta estrategia le permitió a Bukele consolidar su narrativa de “guerra contra el crimen” mientras silenciaba disidencias.