Terremoto de 7.7 Devasta Myanmar: Crisis Humanitaria en Curso

0
9

El viernes, una sacudida brutal cambió para siempre la vida de millones de personas en Myanmar. Un terremoto de magnitud 7.7, con epicentro a solo 16 kilómetros al norte de Sagaing, golpeó el corazón del país, extendiendo su devastación hasta Mandalay, la segunda ciudad más grande, y llegando incluso a Tailandia, donde también hubo víctimas mortales y daños significativos.

Las primeras imágenes del desastre muestran escenas de caos absoluto: carreteras agrietadas, edificios derrumbados y hospitales colapsados bajo el peso de la tragedia. En Mandalay, hogar de 1.5 millones de personas, la infraestructura no resistió la fuerza del sismo, dejando a miles sin hogar ni acceso a servicios esenciales. Según funcionarios de seguridad, “cientos de personas heridas están llegando… pero el edificio de emergencias aquí también se derrumbó”, destacando la magnitud de la crisis.

En Tailandia, el impacto fue igualmente crítico. Varios edificios en construcción colapsaron, atrapando a decenas de trabajadores bajo los escombros. Las autoridades locales trabajan contrarreloj para rescatar sobrevivientes, pero el número exacto de desaparecidos sigue siendo incierto.

Myanmar, un país que ya enfrentaba una profunda crisis humanitaria tras el golpe militar de 2021 liderado por el general Min Aung Hlaing, ahora enfrenta una nueva dimensión de sufrimiento. La región de Sagaing, epicentro del terremoto, había sido recientemente escenario de intensos combates entre rebeldes y fuerzas militares, lo que deja a sus habitantes aún más vulnerables.

La falta de infraestructura básica y acceso limitado a información complica los esfuerzos de rescate. Decenas de miles de personas viven sin electricidad o internet, y las líneas telefónicas han quedado inutilizadas. Además, la ausencia de libertad de prensa y la restricción a periodistas extranjeros dificultan obtener un panorama completo de la situación.

En respuesta, la junta militar declaró el estado de emergencia en múltiples regiones y emitió una rara solicitud de ayuda internacional. Este gesto, poco común en el régimen, subraya la gravedad de la crisis. Sin embargo, organizaciones humanitarias advierten que la entrega de ayuda podría verse obstaculizada por la inseguridad y la falta de coordinación.

El terremoto no solo ha dejado muerte y destrucción, sino que también ha profundizado las cicatrices de un país marcado por décadas de conflictos y opresión. Para millones de birmanos, la esperanza de recuperación parece distante.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí