El secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, ha puesto el foco en un tema clave para las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y México: la cooperación histórica alcanzada bajo la Administración Trump para combatir dos de los problemas más apremiantes del hemisferio: el narcotráfico y la migración ilegal. En una entrevista con Donald Trump Jr., transmitida en Rumble, Rubio destacó que la frontera entre ambos países es hoy “la más segura que probablemente hemos tenido en toda mi vida”.
Rubio atribuyó este logro al liderazgo del expresidente Donald Trump y a las políticas adoptadas durante su mandato, que permitieron un nivel de colaboración sin precedentes con el gobierno mexicano. “Para ser justos, creo que los mexicanos hoy están haciendo más contra los cárteles y contra la migración [ilegal] de lo que habían hecho nunca antes”, afirmó. Este reconocimiento no solo refleja un cambio en la dinámica bilateral, sino también un esfuerzo conjunto que trasciende intereses nacionales para abordar desafíos compartidos.
México, según Rubio, ha demostrado ser un aliado estratégico, utilizando sus capacidades institucionales e inteligencia compartida para enfrentar a los cárteles de la droga. Sin embargo, el secretario de Estado hizo hincapié en los riesgos extremos que enfrentan quienes deciden enfrentarse a estas organizaciones criminales. “En México, para que esas personas se levanten y digan: ‘Voy a enfrentarme a un cártel’, no es como si pudieras perder las próximas elecciones o ser destituido. Es como si pudieras ser decapitado. Podrían matarte. Tu coche podría explotar. Podrían matar a tus hijos y a tu familia”, explicó Rubio, reconociendo el sacrificio personal que implica esta lucha.
El funcionario estadounidense también señaló que, pese a los avances, aún quedan retos significativos. En algunas regiones de México, los cárteles son “mucho más poderosos que el Gobierno”, y “de hecho, el Gobierno ni siquiera está presente allí”. En esos territorios, los narcotraficantes “son el Gobierno”, subrayó Rubio, dejando claro que la cooperación con México debe seguir siendo una prioridad absoluta.
En materia migratoria, la situación también ha cambiado drásticamente. Según Rubio, los intentos masivos de cruces ilegales han disminuido considerablemente, y ahora los principales problemas se concentran en los migrantes varados en países centroamericanos como México, Guatemala o Honduras. “Se dieron cuenta de que Trump ganó las elecciones y que realmente iba en serio. Dieron la vuelta en U y ahora están atrapados en estos países a lo largo del camino”, declaró.
En este contexto, Rubio destacó el papel crucial del gobierno mexicano, que ha enviado “más tropas de la Guardia Nacional a la frontera que nunca antes”. Esta medida, sumada a la coordinación estratégica con Washington, ha contribuido a detener el flujo migratorio irregular y reducir la presión sobre la frontera estadounidense.
La declaración de Rubio no solo resalta una nueva etapa en la relación bilateral, sino que también refleja la complejidad de los desafíos que persisten en la región. Mientras tanto, el reconocimiento mutuo entre EE.UU. y México marca un hito en la cooperación internacional, aunque queda claro que aún hay mucho por hacer para consolidar estos avances.