En un enfrentamiento directo contra las proyecciones económicas internacionales, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, cuestionó abiertamente los pronósticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre el desempeño de la economía mexicana para 2025. Según el organismo, México enfrentará una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del -0,3%, una cifra que contrasta con la visión optimista del Gobierno mexicano.
El FMI ajustó a la baja sus expectativas globales debido a la incertidumbre generada por los aranceles impuestos por la Administración Trump, junto con tensiones geopolíticas y restricciones financieras. Para México, el organismo internacional prevé un crecimiento económico de apenas 1,4% en 2025, una reducción significativa respecto a su informe anterior. Sin embargo, Sheinbaum rechazó estas estimaciones, señalando que no coinciden con la perspectiva del Gobierno mexicano.
“No conocemos con base en qué lo hacen, no coincidimos”, afirmó la presidenta durante una conferencia de prensa. Sheinbaum criticó la tendencia histórica de organismos como el FMI de imponer recetas económicas rígidas sin considerar las estrategias nacionales. “Nosotros no coincidimos con esa visión, por eso [presentamos] el Plan México”, declaró. Este plan, lanzado a principios de año, busca fortalecer la producción nacional y reducir la dependencia de importaciones, especialmente de China, que ha dominado el comercio internacional.
La presidenta destacó que el crecimiento esperado por el FMI ignora los esfuerzos de inversión pública impulsados por su administración. “Si no hubiera inversión pública, probablemente habría la disminución [que pronostica el FMI] en el crecimiento económico, pero es muy distinto”, explicó. Según el Gobierno mexicano, el país experimentará un crecimiento de entre 1,5% y 2,3% en 2025, y de 1,5% a 2,5% para 2026.
El escenario global ha cambiado drásticamente desde principios de año, cuando el FMI inicialmente pronosticó un crecimiento de 1,4% para 2025 y 2% para 2026. La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y las respuestas de otras potencias, como China, han generado incertidumbre económica en América del Norte. El FMI advirtió que estos aranceles tendrán un “efecto adverso” particularmente en México y Canadá, dada su estrecha integración con el mercado estadounidense.
Sin embargo, Sheinbaum se mantuvo firme en su postura, argumentando que el Plan México representa una alternativa viable para enfrentar los desafíos económicos. Este plan incluye incentivos fiscales, inversión en infraestructura estratégica y apoyo al sector productivo nacional, con el objetivo de diversificar la economía y reducir la vulnerabilidad externa.
Mientras tanto, analistas económicos siguen observando con atención cómo evolucionará el panorama. Para muchos, la disputa entre el FMI y el Gobierno mexicano refleja una lucha más amplia entre modelos económicos tradicionales y estrategias innovadoras que buscan romper con la dependencia externa. Lo cierto es que las próximas decisiones políticas y económicas determinarán si México logra cumplir con sus metas de crecimiento o si las proyecciones del FMI se materializan.
Con su mensaje claro y decidido, Sheinbaum no solo busca defender su visión económica, sino también consolidar la confianza de los ciudadanos en un modelo que prioriza la soberanía y la autosuficiencia nacional. En un mundo cada vez más interconectado, este esfuerzo podría marcar un antes y un después en la historia económica del país.