El legado tóxico de 4chan: De los memes de gatos al extremismo global

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En 2003, un adolescente llamado Christopher “Moot” Poole creó 4chan como un foro anónimo para fans del anime. Lo que comenzó con memes absurdos como “I can has cheezburger?” pronto se convirtió en un laboratorio de cultura digital, pero también en un semillero de odio. Dos décadas después, su cierre tras un ataque de hackers rivales marca el fin de una era.

4chan fue el epicentro de la rebeldía online: un espacio sin reglas donde el anonimato alimentó tanto la creatividad como la crueldad. Sus usuarios pasaron de bromas inocentes (como el “Battletoads prank”) a campañas de acoso como Gamergate y la difusión de ideologías extremistas. Para la década de 2010, su influencia era innegable: memes racistas y teorías conspirativas saltaron al mainstream, alimentando movimientos como la alt-right e incluso influyendo en gobiernos.

Ben Collins, experto en extremismo, explica a WIRED“4chan murió cuando sus ideas se volvieron políticas oficiales de los más poderosos”. Elon Musk comprando Twitter y normalizando discursos antes marginales fue el golpe final.

Pero más allá del caos, 4chan también fue un archivo involuntario de la cultura digital. “Nadie controlaba lo que se guardaba”, dice Cates Holderness, exeditor de Tumblr. Desde recetas de pan hasta memes icónicos, su esencia era la imprevisibilidad. Hoy, con algoritmos corporativos dominando la web, su modelo anárquico parece un relicario de un internet más crudo, más humano. ¿Un adiós necesario? Quizá. Pero su sombra sigue aquí.

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