El apoyo al presidente Donald Trump ha tocado un mínimo histórico desde su regreso a la Casa Blanca en enero, según revela un sondeo de Ipsos. Con una aprobación que desciende al 42%, el mandatario enfrenta crecientes críticas tanto en el ámbito interno como en el internacional. Este retroceso en su popularidad refleja un descontento generalizado entre los estadounidenses, quienes cuestionan sus decisiones políticas y su manejo de las relaciones exteriores.
Uno de los puntos más polémicos de su gestión es la congelación de fondos federales destinados a universidades como Harvard. En nombre de la lucha contra el antisemitismo, Trump bloqueó más de 2.000 millones de dólares del presupuesto federal, una medida que ha sido ampliamente criticada por considerarse excesivamente punitiva. Muchos estadounidenses ven esta acción como un ataque injustificado a instituciones educativas clave, lo que ha contribuido a erosionar aún más su imagen pública.
En otro frente, el 83% de los encuestados en el sondeo de Ipsos subrayaron que el presidente debería respetar las sentencias de los tribunales federales. Esta demanda surge en un contexto delicado, ya que varios oficiales de la Administración Trump podrían enfrentar cargos penales por desacato tras ignorar órdenes judiciales. Este desafío abierto a las instituciones legales ha generado preocupación sobre la estabilidad democrática del país y ha alimentado las críticas hacia el mandatario.
A pesar de estos problemas, Trump mantiene cierta popularidad en temas específicos, como la inmigración. El 45% de los encuestados aprueba su gestión en este ámbito, aunque el 46% se muestra en desacuerdo. Este equilibrio refleja la polarización constante que caracteriza su presidencia, donde incluso sus logros más destacados están lejos de generar consenso nacional.
En el plano internacional, la situación no es más alentadora. Según el sondeo, el 59% de los estadounidenses cree que Estados Unidos está perdiendo credibilidad en la esfera global. Este declive en la confianza internacional se suma a las tensiones internas, configurando un panorama complicado para Trump en su intento de consolidar su liderazgo tanto dentro como fuera del país.
Aunque el índice de aprobación de Trump sigue siendo superior al registrado durante la mayor parte de la presidencia de Joe Biden, su caída actual evidencia una pérdida significativa de apoyo. Los estadounidenses parecen estar cansados de sus medidas polémicas y su estilo confrontacional, lo que podría afectar sus aspiraciones de buscar un tercer mandato en 2028. De hecho, casi tres cuartas partes de los encuestados manifestaron que no quieren que Trump intente postularse nuevamente.
Con cada paso que da, Trump parece enfrentar nuevos retos que ponen a prueba su capacidad para mantenerse relevante en un escenario político cada vez más complejo. Mientras sus detractores celebran su declive en las encuestas, sus seguidores esperan que pueda revertir la tendencia antes de que sea demasiado tarde.