El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) ha dado un paso más hacia la expansión de su sistema de vigilancia biométrica al solicitar propuestas privadas para desarrollar una herramienta de reconocimiento facial en tiempo real que pueda capturar imágenes de todos los pasajeros dentro de un vehículo en puestos fronterizos, incluidos aquellos en los asientos traseros. Este ambicioso proyecto, detallado en un informe publicado recientemente en un registro federal, busca mejorar la capacidad del CBP de verificar la identidad de quienes ingresan al país mediante la comparación automática de fotos con documentos de viaje.
Actualmente, el CBP ya utiliza una herramienta de reconocimiento facial en entornos peatonales, aéreos, marítimos y terrestres. Sin embargo, las pruebas realizadas en vehículos han demostrado limitaciones significativas. Según un documento obtenido por Dave Maass, director de investigaciones de la Electronic Frontier Foundation (EFF), durante una prueba de 152 días en el puerto de entrada de Anzalduas, Texas, las cámaras solo lograron capturar imágenes de todas las personas en el vehículo el 76% de las veces, y de esas imágenes, apenas el 81% cumplió con los requisitos para ser validadas contra los documentos de identificación.
El documento señala que factores como “el comportamiento humano, las múltiples filas de pasajeros en el vehículo y los obstáculos del entorno” complican la precisión del sistema. Para abordar estos desafíos, el CBP está buscando proveedores que puedan desarrollar una solución que “aumente las imágenes de los pasajeros” y garantice la captura del 100% de los ocupantes del vehículo. Esta nueva tecnología podría integrarse en los sistemas actuales, ampliando el alcance del reconocimiento facial en entornos terrestres.
Maass, quien obtuvo el informe a través de una solicitud de registros públicos, advierte sobre los riesgos inherentes a esta tecnología. El sistema actual funciona con un modelo de reconocimiento facial “uno a uno”, comparando una foto con los documentos de viaje entregados. Esto plantea el riesgo de que alguien no sea reconocido correctamente, lo que podría generar retrasos o complicaciones innecesarias. Por otro lado, el uso de modelos “uno a muchos”, donde una imagen se compara con múltiples registros, incrementa el peligro de falsos positivos, lo que podría llevar a identificaciones erróneas y consecuencias graves para los afectados.
El CBP asegura que su objetivo es mejorar la seguridad fronteriza y modernizar los procesos de verificación biométrica. Sin embargo, críticos como Maass subrayan que estas iniciativas son parte de una estrategia de vigilancia que ha persistido a lo largo de varias administraciones, independientemente del partido político en el poder. Según él, “la retórica y el teatro” pueden cambiar, pero los problemas estructurales, como errores tecnológicos, disparidades raciales y preocupaciones éticas, permanecen constantes.
La solicitud de información del CBP llega en un momento en que otras agencias de seguridad nacional están avanzando en proyectos similares. Hace menos de tres semanas, se reveló que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) está invirtiendo $30 millones en una plataforma llamada ImmigrationOS, desarrollada por Palantir. Este sistema, diseñado para proporcionar “visibilidad casi en tiempo real” sobre personas que se autodeportan, integra datos biométricos, atributos físicos y registros de ubicación procedentes de dispositivos de seguimiento encubiertos y lectores de matrículas.
Aunque el ICE no ha especificado cómo obtendrá los datos necesarios para alimentar ImmigrationOS, documentos previos sugieren que el sistema podría integrar nuevas fuentes de información, ampliando aún más el alcance de la vigilancia gubernamental. Mientras tanto, el CBP sigue enfrentando desafíos técnicos y éticos en su intento de implementar reconocimiento facial en cruces fronterizos terrestres, dejando muchas incógnitas sobre el impacto que tendrá esta tecnología en la privacidad y los derechos civiles.
¿Será posible equilibrar la seguridad nacional con la protección de los derechos individuales? La respuesta dependerá de cómo se regulen y supervisen estas herramientas emergentes en los próximos años.