Hace casi tres décadas, la crisis financiera de 1995 marcó un antes y un después en la historia económica de México. El gobierno de Ernesto Zedillo respondió con el Fobaproa, un programa que transformó la deuda privada en pública para salvar al sistema bancario. Hoy, ese rescate sigue vigente: uno de cada cinco pesos que ganan los grandes bancos por intereses en inversiones en deuda gubernamental proviene aún de esos bonos. De acuerdo con una investigación de La Jornada , solo en 2024, los principales bancos del país —como BBVA, Santander, Banorte y Scotiabank— obtuvieron más de 4,600 millones de pesos gracias a los Bonos de Protección al Ahorro (BPA), herederos directos del Fobaproa. Cada año, el gobierno emite nueva deuda para cubrir estos pasivos, y en 2025 planea destinar más de 250,000 millones de pesos a su refinanciamiento. Mientras los bancos siguen lucrando, son los ciudadanos quienes terminan pagando la cuenta.