El rescate bancario más polémico de México, el Fobaproa, vuelve al centro del debate. Durante su conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum exhibió documentos de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que desmontan una de las grandes narrativas del expresidente Ernesto Zedillo: la supuesta auditoría internacional que avaló el manejo del fondo.
Según el informe de la ASF, la auditoría fue una simulación. No solo careció de reglas claras de operación, sino que los despachos contratados no siguieron los estándares mexicanos y basaron su revisión únicamente en reportes proporcionados por los mismos bancos rescatados. “No hubo acceso a información clave para emitir una opinión objetiva”, leyó Sheinbaum.
Pero el escándalo no termina ahí. La mandataria reveló que la Suprema Corte de Justicia (SCJN), en aquel momento controlada por Zedillo, bloqueó al menos 7 auditorías de la ASF que buscaban revisar el Fobaproa. “Fueron resoluciones para proteger opacidad”, denunció.
El Fobaproa, creado en 1999, convirtió deuda privada de bancos en deuda pública, costando a los mexicanos miles de millones de pesos. Durante años, el gobierno de Zedillo defendió su manejo alegando un aval internacional. Hoy, ese argumento se desmorona.
¿Por qué importa ahora?
El caso reabre heridas de un sistema financiero opaco y cuestiona el papel de instituciones como la SCJN en aquella época. Para Sheinbaum, es también un mensaje político: “No permitiremos que se repitan estos abusos”, sentenció.