En una contundente declaración desde California, el Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció una persecución implacable contra miembros del Cártel de Sinaloa, acusándolos formalmente de narcoterrorismo bajo los nuevos lineamientos establecidos por el presidente Donald Trump. La medida busca frenar el flujo de fentanilo hacia territorio estadounidense, calificando las actividades del cártel en la zona fronteriza como actos de terrorismo. Las autoridades federales señalaron directamente a Pedro Inzunza Noriega, alias “Sagitario”, y a su hijo Pedro Inzunza Coronel, como responsables principales del tráfico de fentanilo. Durante la conferencia, el fiscal auxiliar ejecutivo enfatizó la determinación de las autoridades estadounidenses: “A los líderes del Cártel de Sinaloa los perseguiremos hasta que, en última instancia, encuentren su destino y enfrenten a la justicia (…) Si actúas como terrorista. No te debes sorprender que te acusen de serlo”. La acusación formal contra Inzunza Noriega e Inzunza Coronel incluye cargos por “el tráfico de cantidades masivas de fentanilo, cocaína, metanfetaminas y heroína”. Además, se les señala por la obtención de cocaína desde Colombia, y se mencionaron a otros integrantes del cártel por su participación en la distribución de drogas y la operación de laboratorios clandestinos. Esta ofensiva se enmarca en la decisión del gobierno de Donald Trump de clasificar oficialmente a varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, conforme a la Ley de Inmigración y Nacionalidad. La designación, que entró en vigor el 20 de febrero de 2025, incluye al Cártel de Sinaloa, CJNG, Cárteles Unidos, el Cártel del Noreste, el Cártel del Golfo, La Nueva Familia Michoacana, el Tren de Aragua y la Mara Salvatrucha (MS-13). Esta clasificación implica severas sanciones financieras y restricciones legales para cualquier individuo o entidad que colabore con estos grupos, reforzando la postura de la administración Trump en materia de seguridad y combate al narcotráfico.