En un giro inesperado tras semanas de tensión, los presidentes Donald Trump y Xi Jinping sostuvieron una conversación telefónica clave para relanzar el diálogo entre Estados Unidos y China, centrado principalmente en las disputas comerciales que han impactado a la economía global.
Trump anunció en su red Truth Social que ambos gobiernos retomarán negociaciones para resolver el conflicto arancelario. “Nuestros respectivos equipos se reunirán próximamente en un lugar por determinar”, indicó. El exmandatario también citó la complejidad del acceso a tierras raras chinas como un punto crucial en la conversación, afirmando que ya no deberían existir dudas al respecto.
Xi Jinping, por su parte, instó a Trump a “corregir el rumbo” de las relaciones bilaterales, calificando de necesaria una conducción firme del “gran barco” que representan los vínculos entre ambas potencias. El líder chino se mostró dispuesto a recibir a Trump en Pekín y lo invitó formalmente junto a su esposa Melania, invitación que Trump correspondió con otra hacia Estados Unidos.
La conversación, la primera anunciada públicamente desde que Trump regresó a la presidencia, no abordó temas como Ucrania, Irán o Rusia, y se centró exclusivamente en comercio. El tono de Trump fue notoriamente más conciliador en contraste con sus recientes críticas a Pekín por incumplimientos en una tregua arancelaria acordada en Ginebra.
Sin embargo, la relación bilateral sigue tensionada por asuntos como el estatus de Taiwán, el trato a estudiantes chinos en universidades estadounidenses —incluyendo restricciones de visado en Harvard— y el tráfico de fentanilo. Xi pidió a Trump manejar el tema taiwanés con cautela para evitar conflictos, y exigió el retiro de medidas “negativas” contra China.
A pesar de las diferencias, ambas partes acordaron mantener una pausa en la escalada arancelaria. Washington y Pekín redujeron temporalmente sus tarifas del 145% y 125% a 30% y 10%, respectivamente. Aun así, persisten obstáculos como el control chino sobre exportaciones de tierras raras, fundamentales para industrias clave en EE.UU.
El Wall Street Journal reportó que Trump está frustrado por la lentitud de las licencias de exportación chinas, pero el expresidente aseguró que aún tiene aprecio por Xi, aunque lo considera un negociador “difícil”. La diplomacia sigue en marcha, pero las tensiones estructurales entre ambas potencias siguen lejos de resolverse.