Nueva York, 28 de septiembre de 2024. En el escenario global más prominente, la Asamblea General de las Naciones Unidas, la canciller mexicana Alicia Bárcena tomó la palabra con un discurso cargado de reflexiones sobre el presente y futuro de México, defendiendo los logros del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y subrayando la relevancia histórica de la próxima llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia.
El ambiente en la sede de la ONU era de atención expectante. Bárcena, firme y con una notable autoridad en su tono, inició su intervención aludiendo a un “cambio de época”. Según sus palabras, “la hegemonía neoliberal ha demostrado su fracaso”, un modelo que, en su visión, ha empobrecido a las personas y devastado el planeta. Este fue el preámbulo para resaltar los logros del “humanismo mexicano” impulsado por López Obrador.
En un auditorio lleno de diplomáticos de todo el mundo, Bárcena describió los resultados del proyecto de la Cuarta Transformación con precisión y orgullo. “Más de 9.5 millones de mexicanos abandonaron la pobreza en cinco años”, señaló, subrayando la disminución de la desigualdad como un hito. Las cifras de mejora económica, como el incremento salarial del 135%, se escucharon con especial énfasis, dejando en claro que, según la canciller, México ha encontrado un camino para la prosperidad en medio de una estabilidad económica que lo consolida como un destino de inversión.
El momento más simbólico de su discurso llegó al mencionar la próxima administración de Claudia Sheinbaum, destacando el hecho de que, en pocos días, México tendrá a su primera presidenta mujer. “No llego sola, llegamos todas”, fue la frase que Bárcena citó de Sheinbaum, en un gesto de reconocimiento a la creciente importancia de las mujeres en la política mexicana. Con esta frase, la canciller generó un eco en el auditorio que conectaba el empoderamiento femenino con la continuación del proyecto social iniciado por López Obrador.
No obstante, el discurso de Bárcena no fue solo una exaltación de los logros nacionales. También abordó temas de gran relevancia global, como la migración, uno de los puntos críticos en la relación entre México y Estados Unidos. Bárcena defendió el “modelo mexicano de movilidad humana”, basado en cuatro pilares, que busca gestionar la migración desde una óptica integral, atendiendo tanto las causas estructurales como las vías legales para el tránsito seguro de personas. En un mensaje directo a la comunidad internacional, enfatizó que “la migración no es un delito; los migrantes no son delincuentes”, una declaración que resonó en una sala acostumbrada a discusiones tensas sobre este fenómeno.
En su repaso sobre los retos internacionales, Bárcena también alertó sobre el flujo de armas ilegales hacia México, enfatizando que más de medio millón de armas cruzan cada año de manera clandestina desde Estados Unidos, alimentando el crimen organizado. “La industria de las armas necesita responsabilizarse de su negligencia”, apuntó, reafirmando la postura mexicana de acudir a las cortes internacionales en búsqueda de una solución.
El discurso, cargado de datos y referencias, fue recibido con una mezcla de atención y reconocimiento. Bárcena no solo repasó las grandes transformaciones que se han impulsado en México, sino que también dejó en claro que el país, bajo el liderazgo de Sheinbaum, continuará enfrentando los desafíos globales con una visión progresista y feminista.
El 79º periodo de sesiones de la ONU fue testigo de un momento significativo para México, en el que se defendieron los logros del actual gobierno y se proyectaron los desafíos del futuro. En palabras de la canciller, el camino hacia una sociedad más justa, igualitaria y respetuosa del medio ambiente no ha hecho más que comenzar.