Chihuahua, México — Un nuevo hallazgo paleontológico ha revelado la existencia de una nueva especie de tiranosaurio en el desierto del norte de México, un pariente del famoso Tyrannosaurus rex, pero con características físicas únicas. El descubrimiento, descrito por un equipo de investigadores en la revista Fossil Studies de MDPI, proporciona nuevas pistas sobre la diversidad de los tiranosaurios en América del Norte durante el periodo Cretácico tardío.
Un Tiranosaurio de Patas Largas y Constitución Ligera
El espécimen, descubierto en el año 2000 en el desierto chihuahuense, ha sido identificado como Labocania aguillonae, en honor a la paleontóloga mexicana Martha Carolina Aguillón, quien lideró el equipo de investigación local. A diferencia de su imponente primo, el T. rex, este dinosaurio tenía una constitución más ligera, con patas largas y ojos grandes, lo que podría haberle permitido cazar en condiciones de poca luz.
El paleontólogo Nick Longrich, de la Universidad de Bath, Inglaterra, comentó sobre el mal estado inicial de los huesos: “Cuando los ves ahí arrumbados en el cajón de un museo, no parecen gran cosa”, pero la investigación reveló que estos fragmentos pertenecían a una nueva especie del sur de América del Norte. Entre los restos encontrados se hallaron partes del cráneo, columna vertebral, caderas y extremidades, lo cual es significativo para la paleontología mexicana, donde el registro fósil de tiranosaurios es escaso.
Una Tribu de Tiranosaurios del Sur
El análisis sugiere que Labocania aguillonae pertenecía a un linaje de tiranosaurios conocidos como Teratophonii, un grupo de depredadores de constitución más esbelta en comparación con otros como el Albertosaurus y el Daspletosaurus, hallados principalmente en Canadá y las Grandes Llanuras de Estados Unidos. A pesar de las similitudes anatómicas, los investigadores sostienen que los tiranosaurios del sur, como el Labocania, desarrollaron características únicas debido a su aislamiento geográfico.
El coautor del estudio, Héctor Rivera-Sylva, del Museo del Desierto, destacó la importancia del hallazgo para la región: “El espécimen de Coahuila incluye más partes del esqueleto que los fósiles anteriores, lo que nos permite hacer comparaciones más detalladas”.

Diversidad de Tiranosaurios en América del Norte
El descubrimiento de Labocania aguillonae apoya la teoría de que, antes de la llegada del T. rex, América del Norte albergaba una mayor diversidad de tiranosaurios de lo que se creía. Según Longrich, aunque estos depredadores compartían ciertas características, su distribución geográfica era limitada, con distintas especies ocupando diferentes territorios a lo largo del continente. “Nos estamos enterando de que estos tiranosaurios no se ajustan a lo que habíamos supuesto sobre los depredadores de gran tamaño”, explicó.
Este nivel de diversidad contrasta con los depredadores mamíferos actuales, como los leones o los lobos, que tienen una distribución más amplia. Los tiranosaurios, por el contrario, parecen haber evolucionado en nichos ecológicos más específicos.
Controversias en la Comunidad Científica
A pesar de la emoción generada por este descubrimiento, algunos paleontólogos han expresado dudas sobre si los fósiles disponibles son suficientes para afirmar que Labocania aguillonae es una especie completamente nueva. La falta de un esqueleto completo ha llevado a ciertos expertos a cuestionar las comparaciones detalladas con otros tiranosaurios, aunque los investigadores confían en las características distintivas observadas en los restos hallados.
Este descubrimiento subraya el enorme potencial que México sigue ofreciendo para la paleontología, revelando nuevas piezas del rompecabezas de la historia natural de América del Norte y la evolución de sus antiguos depredadores. (Con información del Times)