Trump y Harris en la batalla por el voto latino: un electorado dividido en busca del “mal menor”

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La escena política en Estados Unidos se asemeja a una obra en la que los actores principales, Donald Trump y Kamala Harris, intentan cautivar a un público que se muestra escéptico y fatigado. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, ambos candidatos se embarcan en una lucha no solo por el control de la Casa Blanca, sino por el corazón de un electorado cada vez más clave: el voto latino. Sin embargo, el entusiasmo entre los votantes brilla por su ausencia, mientras los estadounidenses se enfrentan a una difícil elección entre lo que muchos ven como el “mal menor” y lo “peor”.

En Washington y Nueva York, los analistas políticos debaten apasionadamente, pero con un denominador común: ninguno de los candidatos genera una ola de entusiasmo. Trump, a quien algunos conservadores incluso llaman “lunático”, sigue siendo una figura polarizadora; mientras que Harris, la actual vicepresidenta, es criticada por su falta de conexión emocional y su aparente incapacidad para generar confianza entre los votantes. La frase que mejor resume la contienda: pocos están realmente satisfechos con las opciones, pero votar por “el menos malo” parece ser el único camino.

En busca del voto latino: la promesa de Nevada y Arizona

La semana pasada, ambos candidatos centraron su atención en el voto latino, un bloque crucial en estados clave como Nevada y Arizona. Harris participó en una asamblea organizada por Univision en Nevada, un estado que fue decisivo para la victoria de Biden en 2020. Sin embargo, la campaña demócrata enfrenta una dura realidad: las encuestas muestran que Harris ha perdido terreno entre los latinos en comparación con Biden. De acuerdo con un líder sindical de trabajadores hoteleros, el apoyo a la candidata ha disminuido notablemente. “Si la elección fuese hoy, perderíamos Nevada”, confesó un vocero del sindicato en una entrevista reciente.

Por su parte, Trump y su compañero de fórmula, JD Vance, apuntan a aumentar su apoyo entre los latinos. Vance apareció en un foro en Arizona, donde habló sobre los temas que, según él, más preocupan a este grupo: la seguridad en los parques debido a la crisis de opioides y la inflación que afecta el bolsillo de las familias latinas. Aunque Trump no espera ganar la mayoría del voto latino, los republicanos han registrado un crecimiento en este segmento desde 2016. Las encuestas recientes sugieren que Trump podría obtener hasta el 37% del voto latino, un ligero aumento respecto a su resultado de 2020.

Detroit: la preocupación por el voto afroamericano

No solo los latinos presentan un desafío para la campaña de Harris. En Detroit, una ciudad con un electorado mayoritariamente afroamericano, el entusiasmo por la vicepresidenta está disminuyendo, especialmente entre los hombres. Para contrarrestar este problema, la campaña ha movilizado figuras prominentes como el basquetbolista Magic Johnson y otros legisladores afroamericanos, con el fin de alentar la participación. La memoria de la derrota de Hillary Clinton en Michigan en 2016, en parte debido a una baja participación en Detroit, sigue fresca en las mentes de los estrategas demócratas.

Pero el reto para Harris no es solo de movilización. A pesar de que el tema del aborto ha sido central en su campaña, en Michigan muchos votantes se preocupan más por la economía, un área en la que Trump parece tener una ligera ventaja.

Gaza y el impacto en Michigan

Además, Michigan es hogar de una de las comunidades árabe-estadounidenses más grandes del país, y la política exterior de Harris hacia Gaza ha generado un fuerte descontento. El apoyo del gobierno de Biden y Harris a Israel en el conflicto con Gaza ha provocado que un número significativo de votantes árabes considere abstenerse en esta elección, un fenómeno que podría afectar los resultados en el estado.

Un empate técnico en el horizonte

A pocas semanas de la elección, las encuestas muestran un empate técnico entre Trump y Harris, con una ventaja para la demócrata que apenas se mantiene dentro del margen de error. Las campañas están en su fase final, con ambos candidatos evitando cometer errores. Trump ha suavizado su postura sobre temas controvertidos como el aborto, mientras que Harris sigue evadiendo respuestas directas en cuestiones sensibles, como lo demostró en el foro de Univision al esquivar la pregunta sobre inmigrantes indocumentados.

El escenario está lejos de ser claro, y los expertos coinciden en que la elección se decidirá en los márgenes. Solo un 13% de los votantes aún no han decidido, y según algunos cálculos, tan solo un 6% de los votantes en seis estados clave podrían ser los que definan el destino de la presidencia de Estados Unidos. En este juego de incertidumbre, los candidatos se enfrentan a una realidad cruda: quien logre convencer a ese pequeño grupo de indecisos será quien salga victorioso el 5 de noviembre.

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