El 2024 quedará grabado en la historia como un año en que la ciencia y la justicia se entrelazaron, lideradas por mentes que revolucionaron sus campos. La revista Nature reveló su lista anual, “Nature’s 10”, que celebra a quienes cambiaron paradigmas y redefinieron lo posible.
Entre ellos, Ekkehard Peik, físico alemán, destacó por su trabajo en relojes nucleares, herramientas que superan la precisión de los atómicos y prometen aplicaciones revolucionarias en geofísica y exploración espacial. Peik describe su búsqueda como la creación del “metrónomo perfecto” del universo.
En Canadá, Kaitlin Kharas lideró una campaña para mejorar los salarios de estudiantes de posgrado, marcando un hito en la lucha por condiciones dignas en la academia. Su movimiento logró el mayor aumento salarial en décadas y encendió debates globales sobre la precariedad laboral.
Desde China, Li Chunlai encabezó los estudios de las muestras de la cara oculta de la Luna recolectadas por la misión Chang’e-6. Este avance podría desentrañar misterios del origen lunar, consolidando a China como líder espacial.
Anna Abalkina, investigadora rusa, expuso fraudes en la publicación académica. Su trabajo ha clausurado redes de revistas falsas, protegiendo la integridad científica pese a las amenazas recibidas.
En medicina, Huji Xu revolucionó el tratamiento de enfermedades autoinmunes al desarrollar terapias basadas en inmunología y manipulación genética, brindando esperanza a pacientes antes desahuciados.
La astrónoma Wendy Freedman afrontó el enigma de la “tensión del Hubble”, refinando cómo medimos la expansión del universo y cuestionando los modelos actuales del cosmos.
Muhammad Yunus, economista y Premio Nobel de la Paz, tomó un rol inesperado liderando Bangladesh en su reconstrucción, aplicando principios de desarrollo sostenible y educación.
En salud global, Placide Mbala combatió brotes de mpox y otras enfermedades desde el Congo, salvando vidas con medidas preventivas en zonas de riesgo.
Cordelia Bähr logró un fallo histórico en Suiza, obligando al gobierno a intensificar acciones climáticas, inspirando luchas legales en otros países.
Finalmente, Rémi Lam, investigador en inteligencia artificial, transformó las predicciones meteorológicas con modelos más precisos, cruciales para mitigar desastres naturales.
Estos visionarios demostraron que la ciencia no solo busca respuestas, sino también justicia, dignidad y un mejor futuro para la humanidad.