Este viernes 10 de enero, Nicolás Maduro se juramentó para un tercer mandato como presidente de Venezuela, a pesar de las acusaciones de fraude por parte de la oposición y varios gobiernos internacionales. La ceremonia tuvo lugar en la sede de la Asamblea Nacional oficialista en Caracas, donde Maduro prestó juramento ante Jorge Rodríguez.
En su discurso, Maduro defendió la legitimidad de su mandato y acusó a los “traidores” venezolanos de intentar convertir la juramentación en una “guerra mundial”. Según él, la toma de posesión fue una “gran victoria venezolana” frente al poder de Estados Unidos y sus aliados en América Latina.
Maduro también se refirió en tono jocoso a la posible llegada del candidato opositor Edmundo González, quien asegura haber ganado las elecciones de julio y había anunciado su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia. “¿Ya llegó?”, preguntó Maduro, provocando risas entre los asistentes.
El líder chavista criticó a los gobiernos de derecha de América Latina, acusándolos de estar “desquiciados” por no poder sacarlo del poder. También mencionó al presidente argentino, Javier Milei, acusándolo de intentar imponer un presidente en Venezuela con la ayuda de Estados Unidos.
La investidura de Maduro se llevó a cabo en un ambiente tenso, un día después de la detención y liberación de la líder opositora María Corina Machado, quien había convocado protestas en todo el país. La oposición asegura que González obtuvo casi el 70% de los votos, mientras que el Consejo Nacional Electoral, controlado por el oficialismo, afirmó que Maduro ganó con el 52%.
Los presidentes de Cuba y Nicaragua fueron los únicos mandatarios de la región que asistieron a la toma de posesión, mientras que la mayoría de los gobernantes de América Latina, incluidos algunos aliados de Maduro, se negaron a asistir.