En la última década, la ciencia ha comenzado a descubrir una amenaza silenciosa que afecta al cerebro humano: los micro y nanoplásticos. Un estudio de la Universidad de Nuevo México, publicado en Nature Medicine, arroja resultados alarmantes sobre la creciente concentración de estas diminutas partículas en el tejido cerebral. El análisis, realizado sobre muestras de autopsias tomadas entre 1997 y 2024, revela que los niveles de microplásticos en el cerebro son hasta 30 veces mayores que en otros órganos, lo que plantea nuevos desafíos sobre sus posibles efectos en la salud cerebral.
El estudio no establece una relación directa entre los microplásticos y la demencia, pero sí resalta una correlación significativa: las muestras obtenidas de individuos con demencia mostraron una mayor acumulación de estos plásticos, particularmente en las paredes cerebrovasculares y en las células inmunitarias. Aunque los investigadores aclaran que la demencia podría facilitar la entrada de microplásticos, el hallazgo aún invita a un análisis más profundo sobre los riesgos a largo plazo para la salud mental.
Este fenómeno no es aislado. Los microplásticos, partículas diminutas que provienen principalmente de la descomposición de residuos plásticos en los océanos, se dispersan constantemente en el medio ambiente. Desde el lavado de ropa sintética hasta los filtros de cigarrillos, estas partículas están presentes en una amplia variedad de fuentes. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define estos plásticos como fragmentos de no más de cinco milímetros, que, al entrar en la cadena alimentaria, afectan gravemente a la fauna marina y, potencialmente, a los humanos que consumen productos contaminados.
A medida que los microplásticos invaden los océanos, el aire y nuestros cuerpos, su impacto en la salud pública se vuelve más palpable. Con este creciente peligro, surge la urgente necesidad de comprender los mecanismos detrás de esta infiltración en el cerebro y sus efectos potenciales, y de tomar medidas para mitigar las consecuencias de esta contaminación invisible.