Cada 5 de febrero, México conmemora la Promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, un documento fundamental que ha guiado al país durante más de 100 años. Conocida como la Carta Magna, la Constitución ha sido reformada en casi 700 ocasiones, adaptándose a los cambios sociales y políticos de la nación. Su origen se remonta a la Revolución Mexicana de 1910, un conflicto que provocó la caída de Porfirio Díaz y el asesinato de Francisco I. Madero.
En 1916, tras estos eventos, el presidente Venustiano Carranza convocó a un Congreso Constituyente, cuyas sesiones comenzaron en diciembre de ese año en el Teatro Iturbide, en Querétaro. Durante dos meses, diputados de todo el país debatieron y redactaron lo que se convertiría en la base del sistema político y social mexicano. El 5 de febrero de 1917, la nueva Constitución fue promulgada, sustituyendo la de 1857 y dando forma al país moderno.
Este texto, con 136 artículos distribuidos en nueve títulos, estableció, entre otras cosas, las garantías individuales, la soberanía nacional y la división de los Poderes. Además, abordó temas cruciales como los derechos humanos, la reforma agraria, y el sistema de gobierno, inspirados en las luchas de figuras como Emiliano Zapata y Francisco Villa.
Considerada como una de las más avanzadas de su tiempo, la Constitución de 1917 fue la primera en incorporar los derechos sociales, un hito reconocido por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Hoy, más de un siglo después, sigue siendo la piedra angular de la democracia mexicana.