En un esfuerzo por modernizar y agilizar los procesos migratorios, Estados Unidos presentó una nueva herramienta digital que permite a inmigrantes indocumentados o con estatus migratorio revocado iniciar su proceso de autodeportación. La aplicación, llamada CBP Home, fue desarrollada por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) e incluye la función “Intent to Depart” (“Intención de Salida”), diseñada para facilitar una salida voluntaria y ordenada del país.
Según el comunicado oficial, esta funcionalidad permite a los inmigrantes en situación irregular notificar al gobierno su intención de abandonar Estados Unidos antes de enfrentar consecuencias más severas, como la deportación forzada. Pete Flores, comisionado interino de CBP, destacó que la herramienta ofrece un “proceso ordenado y definido” para quienes desean evitar sanciones más estrictas. “Esta función proporciona a los extranjeros ilegales una forma sencilla de declararse para una salida voluntaria”, afirmó Flores.
El lanzamiento de CBP Home responde a la Orden Ejecutiva 14159, firmada por el presidente y enfocada en el control migratorio y la seguridad fronteriza. Además de la función de autodeportación, la aplicación ofrece otras utilidades, como la solicitud de permisos de entrada (I-94), consultas de tiempos de espera en la frontera y gestiones para revisiones de cargamentos perecederos. La aplicación está disponible de forma gratuita en Apple App Store, Google Play y la página web oficial de CBP.
Sin embargo, la medida no ha estado exenta de controversia. Organizaciones pro derechos humanos y expertos en migración han expresado preocupación por el posible uso de la herramienta como una estrategia de “disuasión digital”, presionando a los inmigrantes a optar por la autodeportación. Además, algunos se preguntan si quienes utilicen la función “Intent to Depart” estarán expuestos a represalias o seguimiento por parte de las autoridades migratorias.
A pesar de las críticas, CBP insiste en que la herramienta es una “opción voluntaria” para aquellos que desean abandonar el país de manera ordenada, evitando los procesos legales y las sanciones asociadas a la deportación forzada. Con esta iniciativa, el gobierno de EE.UU. busca equilibrar la seguridad fronteriza con la eficiencia administrativa, aunque el debate sobre sus implicaciones éticas y prácticas continúa abierto.