El viernes 28 de marzo de 2025 quedará marcado como un día clave en las relaciones entre Estados Unidos y México. Kristi Noem, secretaria de Seguridad Interior del gobierno de Donald Trump, aterrizó en el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) con una misión clara: reunirse con la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para discutir temas urgentes de migración y seguridad.
Noem, quien recientemente dejó un mensaje impactante en las megacárceles de El Salvador junto al presidente Nayib Bukele —“Los vamos a cazar”—, llegó a tierras mexicanas bajo una atmósfera de expectativa y cautela. Su visita no pasó desapercibida, ya que representa un esfuerzo del gobierno estadounidense por reforzar la cooperación bilateral en asuntos sensibles como el flujo migratorio y el combate al crimen organizado.
Desde el AIFA, Noem se trasladó al Palacio Nacional, donde fue recibida puntualmente a las 14:00 horas por la presidenta Sheinbaum y un equipo de funcionarios clave, incluidos los secretarios de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez; de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch; y de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente. En este histórico encuentro, ambos países buscaron trazar una hoja de ruta que equilibre colaboración e independencia.
Claudia Sheinbaum dejó claro el tono de la reunión antes de que comenzara. “Vamos a platicar con ella lo que representa para nosotros toda la política y estrategia de seguridad en nuestro país”, declaró previamente. La mandataria explicó que se compartirían los cuatro ejes de la estrategia nacional de seguridad, subrayando la importancia de mantener la soberanía de México frente a cualquier intento de intervención militar extranjera. “Colaboraremos, pero siempre en el marco de nuestra soberanía”, añadió.
La reunión no solo abordó la migración, uno de los temas más sensibles en la agenda bilateral, sino también la seguridad nacional, un área donde ambos países han buscado fortalecer vínculos sin cruzar líneas rojas diplomáticas. Para Estados Unidos, la presencia de Noem simboliza una postura firme contra el crimen transnacional, mientras que para México, esta visita representa una oportunidad de reafirmar sus principios de no intervención.
El contexto global agrega otra capa de complejidad. Con gobiernos como el de Nayib Bukele implementando medidas drásticas contra el crimen organizado, EE.UU. parece estar adoptando un enfoque más agresivo en la región. Sin embargo, Sheinbaum ha dejado claro que México no seguirá modelos externos que comprometan su autonomía.
Este encuentro marca un momento crucial en las relaciones bilaterales. Más allá de las diferencias políticas y estratégicas, ambas naciones comparten desafíos comunes que requieren soluciones conjuntas.