En medio de un ambiente cargado de incertidumbre política, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue cuestionada este 14 de abril sobre su postura frente a los recientes comicios en Ecuador. Durante una conferencia de prensa, Sheinbaum explicó que no se sumó a las felicitaciones enviadas por otros países de la región al presidente electo Daniel Noboa debido a la negativa de la oposición a reconocer los resultados oficiales. “La candidata [Luisa González] no reconoce el triunfo”, señaló la mandataria mexicana, destacando la necesidad de actuar con cautela ante un proceso electoral aún no consolidado.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador, encabezado por Diana Atamaint, ofreció una conferencia de prensa en la víspera para anunciar que la tendencia era “irreversible” y favorable al binomio de Acción Democrática Nacional (ADN), conformado por Daniel Noboa Azin y José María Pinto. Con más del 90 % de las actas escrutadas, Noboa, de 37 años, se perfila para iniciar un segundo mandato como jefe de Estado, aunque esta vez será un período completo de cuatro años. Su actual gestión, iniciada en noviembre de 2023, durará apenas 18 meses y culminará en mayo de este año.
Sin embargo, la victoria de Noboa está lejos de ser recibida con unanimidad. Luisa González, principal rival del ahora presidente electo, y su sector político han rechazado los resultados oficiales, argumentando irregularidades en el proceso electoral. Esta disputa ha generado tensiones dentro del país andino y ha dejado en suspenso la respuesta internacional, con algunos gobiernos de América Latina felicitando a Noboa mientras otros, como México, adoptan una postura más reservada.
Para Sheinbaum, la decisión de no felicitar a Noboa refleja una estrategia diplomática basada en el respeto a los procesos internos de cada nación. En un contexto global marcado por elecciones controversiales, la presidenta mexicana subrayó la importancia de esperar consensos claros antes de emitir apoyos formales. Este enfoque contrasta con la rapidez con la que otros líderes regionales celebraron el triunfo de Noboa, evidenciando la diversidad de perspectivas dentro de América Latina.
Mientras tanto, Daniel Noboa enfrenta el desafío de consolidar su legitimidad en un país polarizado. Su juventud y energía han sido presentadas como atributos clave para liderar Ecuador hacia un futuro más estable, pero la falta de reconocimiento por parte de sectores importantes de la oposición podría complicar su agenda de gobierno. ¿Podrá Noboa superar estas tensiones y cumplir con las expectativas depositadas en él? Solo el tiempo revelará si su liderazgo logra unificar a una nación profundamente dividida.