El mapa que encendió las alarmas: Netanyahu, Milei y los fantasmas de la Patagonia
Una simple fotografía bastó para reavivar uno de los debates geopolíticos más sensibles de América Latina. Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, fue captado examinando un mapa de Sudamérica con mirada concentrada, donde Argentina y Chile destacaban claramente. La imagen, tomada en medio de la guerra con Irán y la crisis en Gaza, generó una inmediata reacción en círculos políticos y militares sudamericanos: ¿Está Israel reconsiderando el viejo “Plan Andinia”?
El contexto no podría ser más explosivo. Javier Milei, durante su visita a Israel en junio de 2025, firmó acuerdos históricos: el traslado de la embajada argentina a Jerusalén (desafiando a la ONU) y pactos de cooperación militar y tecnológica con Tel Aviv. Para muchos analistas, esto no es simple diplomacia: es la puerta de entrada a una estrategia de penetración israelí en la Patagonia, una región rica en agua dulce, minerales y gas, pero con escasa presencia estatal argentina.
Los indicios son preocupantes. La empresa estatal israelí Mekorot controla sistemas hídricos en el sur argentino. Magnates como Joe Lewis poseen 14,000 hectáreas en Lago Escondido, con aeropuerto privado incluido. Ex soldados israelíes realizan frecuentes “viajes de mochileros” por la zona, mientras los incendios forestales —sospechosamente recurrentes— facilitan la compra de tierras a bajo precio.
Argentina, por su parte, parece incapaz de responder. Sus Fuerzas Armadas, debilitadas por décadas de recortes, carecen de capacidad para proteger el territorio. Mientras, figuras como Eduardo Elsztain (tesorero del Congreso Judío Mundial y uno de los mayores terratenientes del país) consolidan su influencia sobre bienes estratégicos.
El silencio mediático es ensordecedor. Los grandes medios evitan el tema o lo tildan de “teoría conspirativa”, a pesar de que los hechos son públicos: Israel avanza en la Patagonia mientras Milei allana el camino. La pregunta que muchos se hacen ya no es si el Plan Andinia existe, sino cuánto tiempo falta para que se concrete.