Hermosillo Verde: La Resiliencia de los Árboles Nativos en el Desierto

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Parques, camellones y diversos espacios públicos de Hermosillo han sido adoptados por ciudadanos decididos a plantar árboles nativos, aunque aún faltan al menos tres años para que la ciudad recupere su verdor característico.

Desde hace cerca de cinco años, colectivos como Caminantes del Desierto han promovido las plantas nativas como la opción ideal para la reforestación urbana. Aunque ha habido significativos avances, todavía queda camino por recorrer para que los espacios arbolados sean más visibles. Sergio Müller, del colectivo Caminantes del Desierto, mencionó que lugares como el Panteón Yáñez y el camellón botánico en Morelos y Progreso fueron adoptados por su grupo, y ya muestran un cambio notable. También se han plantado árboles nativos en el parque de Palo Verde, Lomas de Madrid, La Sauceda con ocho mil árboles, y el Eco Parque con dos mil árboles. En el camellón botánico, con apenas un año y medio de trabajo, han plantado 150 plantas de 50 especies, generando un florecimiento constante que atrae polinizadores y despierta la curiosidad de los transeúntes.

“Este lugar se ha convertido en un escaparate de plantas nativas del desierto. Siempre hay un árbol en flor, mostrando que las plantas nativas, aunque tengan espinas, también son hermosas,” explicó Müller. Este esfuerzo es una colaboración entre distintos niveles de la sociedad. Desde 2020, se implementó una paleta vegetal para promover el uso de plantas nativas en la reforestación urbana.

Anteriormente, se promovía el uso de plantas como ceibas y benjaminas, que requieren más agua y no son nativas, resultando en una menor esperanza de vida. Con la nueva paleta vegetal, se estableció un vivero municipal dedicado a la producción de árboles adecuados a la región. Grandes árboles como los yucatecos y ceibas han desaparecido por el estrés hídrico y su ciclo de vida, siendo reemplazados por árboles nativos. Aunque aún no proporcionan grandes sombras, se espera que en tres a cinco años transformen notablemente la ciudad.

“Estamos avanzando. Aún nos falta, pero creo que en unos tres años veremos un crecimiento notable y Hermosillo será nuevamente una ciudad verde,” dijo Müller. Este esfuerzo también se refleja en los ciudadanos que, desde sus hogares, han optado por plantar árboles nativos. Elegir estos árboles es apostar por especies más resistentes al cambio climático, la sequía y las enfermedades, aumentando significativamente su expectativa de vida, que puede llegar de 500 a 800 años, comparado con los 120 años de un árbol no nativo.

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