En una manifestación afuera del Senado de la República, padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos expresaron su rechazo a la reciente reforma que adscribe a la Guardia Nacional (GN) bajo el control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Acompañados por normalistas de diversas partes del país, los manifestantes denunciaron que esta decisión fortalece al Ejército, lo que, según ellos, podría dificultar la exigencia de rendición de cuentas sobre su papel en la noche de Iguala, el 26 y 27 de septiembre de 2014.
“El Senado está otorgando más poder al Ejército”, reclamaron los manifestantes, señalando que la cámara legislativa ha ignorado su demanda de llamar a comparecer al general Luis Cresencio Sandoval para que explique la participación de las fuerzas armadas en la desaparición de los estudiantes.
Explosiones y tensión en el Senado
La protesta, que inició de forma pacífica con un mitin en el que participaron familiares y estudiantes, escaló al finalizar el evento cuando un grupo de jóvenes con los rostros cubiertos comenzó a realizar pintas en las rejas del Senado. Acto seguido, lanzaron alrededor de una decena de artefactos explosivos de fabricación casera contra la puerta 6 del recinto, ubicada sobre Paseo de la Reforma.
El personal legislativo alertó a los senadores, trabajadores y reporteros sobre la situación, y el Patio del Federalismo fue desalojado rápidamente mientras caían los primeros explosivos. Los legisladores se resguardaron en sus oficinas, y se impidió el acceso al patio principal.
Una de las puertas de cristal que da hacia la entrada principal del Senado estalló por la fuerza de las explosiones, causando que fragmentos de vidrio se esparcieran. La senadora de Morena, Lucía Trasviña, resultó herida por un pedazo de vidrio y sufrió un aumento en su presión arterial, por lo que tuvo que recibir oxígeno. A pesar de ello, Trasviña permaneció en las instalaciones y aseguró que participaría en el debate sobre la reforma de la GN.
Exigencias de transparencia
Isidoro Vicario, vocero de los familiares de los estudiantes desaparecidos, recordó que desde hace años han exigido que el Ejército entregue todos sus archivos relacionados con la desaparición de los normalistas. Señaló que, de particular interés, son 800 folios que, según los familiares, podrían contener información clave para esclarecer la verdad sobre lo ocurrido.
Con esta protesta, los padres de los 43 reafirmaron su preocupación por el creciente poder del Ejército bajo el control de la Guardia Nacional, en un momento en que, según ellos, el papel de las fuerzas armadas en la desaparición de sus hijos sigue sin esclarecerse plenamente.
Mientras el Senado continúa debatiendo la reforma, las demandas de los familiares de Ayotzinapa, a una semana de cumplirse diez años de la tragedia, siguen siendo la transparencia y la verdad sobre lo sucedido aquella noche de 2014.